Pac post 2013

El objetivo de las cuatro últimas reformas de la PAC ha sido garantizar el cumplimiento por los agricultores europeos de las normas más estrictas del mundo en materia de trazabilidad de los alimentos, de protección del medio ambiente y de bienestar de los animales.

Este intento (“esquizofrénico”) de salvaguarda de la seguridad alimentaria, ha desembocado en un importante deterioro de su posición competitiva frente a las importaciones que no deben cumplir estas normas. Además, los agricultores se han encontrado en una muy débil situación negociadora frente al enorme poder de un número reducido de transformadores y distribuidores de alimentos.
El resultado es que la renta de los agricultores es tan sólo de un 50% de la renta media, y dos tercios de esta renta dependen del apoyo presupuestario.

Este escenario, nos separa del objetivo primigenio de la PAC, que no era otro, sino producir alimentos suficientes, sanos y seguros, exigiendo a los agricultores que ofrezcan servicios ambientales adicionales en lugar de producir alimentos.
Ante los futuros retos de incremento de la población mundial, de crisis y cambio climático, la nueva PAC debe apostar por:
1.    Una producción viable de alimentos suficientes sanos y seguros. Debe apostar por un sector agrícola dinámico y competitivo y asegurar el abastecimiento de alimentos, la estabilidad de precios de los productos agrícolas con el equilibrio de la cadena agroalimentaria, equilibrando la desigual capacidad negociadora de los diferentes eslabones de la cadena, el agrupamiento del sector para ganar dimensión, creación de medidas de mercado de modo que constituyan una red de seguridad eficaz ante crisis graves, consideración del sector agrario como estratégico.
2.    Gestión sostenible de los recursos naturales y la acción climática, con compensaciones por las obligaciones medioambientales. Apostar por la protección de los recursos naturales valiosos de la UE.
3.    Mantenimiento del equilibrio territorial y la diversidad de las zonas rurales. Así, en las decisiones que se adopten debe atenderse a criterios de cohesión, tales como el empleo, la renta y el territorio, incorporando al “primer pilar” de la PAC, tanto los aspectos territoriales, tales como el apoyo a las zonas de montaña y otras zonas con limitaciones naturales, como los ambientales referidos al apoyo a los sistemas productivos sostenibles, mediante pagos específicos.
El desarrollo rural, habrá de apoyar una actividad agraria multifuncional y de mejora de las estructuras de producción y comercialización, en especial mediante el fomento del asociacionismo y del cooperativismo.
4.    Redefinir el concepto de agricultor.